28 may 2012

Drama doble


"Me he matado porque he querido". Esta fue la nota de suicidio que dejó Laila Cohen O´Toole para sus amigos. Estos la vieron cuando fueron a recogerla para ir a la fiesta de Nochevieja organizada por Los Bravos en 1968. Laila estaba tumbada sobre la cama y llevaba puesto un abrigo de visón y unas camelias de organdí en el pelo. Iba maquillada y peinada. Estaba lista para salir, pero se lo había pensado mejor.
Atrás dejaba su trabajo como doble de Liz Taylor, tan poco gratificante para ella. Sus amigos le habían oído decir: "El cine no podría existir sin los dobles, nos jugamos la vida para que los "grandes" se lleven sumas astronómicas". Al parecer, no sólo se parecían en lo físico, el trasfondo de desgracia sobre el que se habían dibujado las dos existencias era similar.
Porque Laila, como Liz, también buscaba la felicidad a toda costa. Y como a Liz, esa busqueda le había supuesto grandes desmayos. Tuvo dos matrimonios fallidos, en Paris y en Roma, y le causaba una gran inquietud el pensar que nunca sería una actriz respetada.
Su gran pena de los últimos tiempos fue la pérdida de su novio, Manolo Fernández, teclista de Los Bravos, que se mató porque no pudo soportar el fallecimiento de su primera esposa. Desde entonces, la idea de la muerte la rondaba siempre.
Y aquella Nochevieja, al ver que tan sólo era una sombra despersonalizada de una estrella, sin esperanzas de un horizonte renovado, decidió terminar con todo. Una gran cantidad de barbitúricos le ayudaron a hacerlo. Dejó dos hijos, todo lo que le quedaba en el mundo.
(Revista Lecturas, 1969)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

para mi que esa noche tenía una cita con su amor de Los Bravos y quería ir bien guapa

Anónimo dijo...

Todo esto es verdad???

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