Refugiada de la realidad desde su retiro del mundo del celuloide, sólo los íntimos de Greta Garbo han podido penetrar en su suntuoso piso del East River, en el número 450 de la calle 52 de Nueva York. Su casa está constantemente vigilada y custodiada por innumerable personal de servicio y detectives privados. Y es que Greta, además de gran actriz, siempre fue extremadamente tímida.
(1968)
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