No hay nada más sexy...

...Que una aburrida comedia británica y sexual de David Sullivan!
Otra película-rollo que te cuenta Mary Peterson desde su retiro en la campiña inglesa.

Qué les voy a contar que no sepan, amigos. David Sullivan pensó que era buena idea hacer una comedieta que se desarrollase en un balneario, lleno de huéspedes clavaditos en imagen y actitud al terrorifico matrimonio Ropper. Y puso a unas cuantas enfermeras de cardados cabellos que darían el toque erótico y pseudoporno (incluyendo a las grandes Suzy Mandel y Mary Millington de la que hablamos más abajo) que anímase al espectador de la Inglaterra de los 70.
Y, como suele suceder, nada podía estar más lejos de la realidad. Los británicos, bajo el lema "¡Sexo no, por favor, que somos británicos!", no permitieron la primera versión de esta película, que contenía abundantes escenas de enfermeras agachándose a recoger cosas del suelo para mostrar conjuntos de ropa interior, y el espectador se tuvo que conformar con un disparate enorme pero sin tantas tetas, que eleva a categoría de obra maestra a "Los Caraduros", de Ozores, por poner el primer ejemplo que se me ha venido a la cabeza.
Ustedes ya se podrán imaginar en que consisten los gags, hilados con un argumento que no existe, en el que brilla por encima de todos el que junta a dos mujeres ( las mismas Mary Millington y Suzy Mandel) para hacer un numérito lésbico, parecido a los que hacía Adriana Vega con la Lyberten en "Dos Viciosas al desnudo", así que dejo de contarles más cosas sobre este film ¿? y les invito a que descubran, mediante un visionado que debe acompañarse de varios litros de alcohol barato, este éxito de taquilla, sí, en la puritana Inglaterra de los 70, por que no había nada más rancio y desfasado que las mentes inglesas de aquella época, sólo hay que recordar lo que paso con las Video Nasties, que condenó a esa gran obra del humor tipo Gregory LaCava que fue "Terror Caníbal", de J.P. Tabernero.




Más cosas. No me gustaría terminar mi primera participación en esta publicación, que cada ver publica menos, sin contarles todo lo que pasó con la enfermera que más llama la atención, Mary Millington, una de las musas de Vivir en Tucson.
Mary Millington fue la primera mujer del barón del porno aka David Sullivan, un productor y editor muy rico, propietario de varios periódicos deportivos.
Nació en el 45 y fué la Linda Lovelace inglesa a lo largo de la década de los 70 antes de suicidarse en el 79, tras una época marcada por las drogas y las depresiones, algo que une a todas las trágicas estrellas que suelen aparecer aquí.
Cuando se casó con la copia barata de Larry Flint, ya era una estrella de largo recorrido erótico-festivo y había aparecido en obras maestras como "Secretos de un vendedor puerta a puerta" y también había lucido palmito en un montón de revistas, mostrando lo mejor de ella.
Amante de Diana Dors ¡! y cleptómana, propietaria de unas cuantas tiendas de sexo y defensora incansable de cualquier movimiento de liberación sexual, que sufrió un hostigamiento policial inmerecido por su lucha incansable con las leyes antipornografía de Gran Bretaña, Mary Millington participó incluso en El Gran Timo del Rock&Roll, junto al señor Vicious, pero debido a su prematura muerte, a los 33, no vió esta película terminada. Bueno, Vicious tampoco.
Tras la muerte de esta grande del Cine su marido se dedicó a la explotación bizarra de la memoria de su esposa, con tributos en forma de celuloide fílmico que dan vergüenza ajena (aunque no tanta como Emanuelle en el Soho, película que produjo un día que le dió fuerte al Crack), en la que hay imagenes de archivo y recreaciones dramáticas de los momentos más dramáticos de la turbulenta vida de la actriz.
Aún hoy la señora Millington permanece como un mito, nada olvidado (si pinchan sobre el título irán a la página de su FanSite de donde he sacado las imagenes que lucen aquí como lámparas), que ha tenido reediciones en Dvd de todas sus Masterpieces, e incluso se le hizo un documental a medida, recordando sus grandes gestas.